Pasamos una semana de sueños con el capital Charlie y el marinero Ramon. Nos hicieron sentir como en casa. Muy simpáticos y atentos. El barco tiene mucho encanto. Es amplio y cómodo, de materiales hermosos. Viajamos con nuestros hijos, niños pequeños, y ellos también fueron tratados con mucho cariño. Recomendamos 100% para una semana de aventura y de pura libertad en familia o entre amigos.